Juicio Político

La conspiración de la Covid-19, la vacuna y su cura

Armando Sepúlveda Sáenz

Entre el grupo de los exalumnos de la Preparatoria de la Universidad de hace añejas décadas que convivimos con regularidad, en su mayor parte concluyeron carreras profesionales en diversas ramas. No se les puede tachar de ignorantes, sin embargo, algunos de ellos han sido presa de las teorías conspirativas. En lo personal tiendo a hacer caso omiso cuando las leo o las escucho en redes sociales, me parece que el tsunami conspirativo de todo orden difícilmente se le puede tratar casuísticamente, pues requeriría un enorme esfuerzo para mostrar su invalidez científica o académica -en el caso de los asertos de naturaleza política-. Sin embargo, también reconozco que el esfuerzo debe realizarse.
Aunque el caso que quiero abordar ya lo había leído y escuchado, y me preocupa por mis parientes y amigos pues atiende a su salud, la de sus descendientes y colaterales. El hecho de asumir “teorías” conspiranoicas no asombra, lo que llama la atención es el contexto y que también indica que no somos inmunes a ellas, aunque hayamos pasado por los estudios superiores, y cómo atenúan o desgastan la prevención ante pandemias o enfermedades prevenibles que a personas con sistemas inmunes debilitados los puede llevar a graves secuelas o a la muerte. En lo personal, mi convicción no gratuita sobre la utilidad de las vacunas me ha llevado a seguir un régimen riguroso de inoculación preventiva ante la Covid-19, de modo que cuando “pesqué” su virus, este me provocó síntomas leves de resfriado, menores a los de una influenza.
En nuestro grupo de expreparatorianos existe un caso que presume que no contrajo el virus o lo combatió porque recurrió al tratamiento consistente en ingerir jugo de rábanos. Esta profilaxis parte de un típico charlatán muy exitoso en insuflar el miedo a las vacunas anti-Covid, que se han formulado por la conspiración de la ONU, en particular, la Organización Mundial de la Salud con los laboratorios por la aplicación de vacunas que nos diezmarán por su contenido de grafeno. ¡Ah! Pero gracias al mencionado jugo estaremos a salvo. A los conspiranófilos que se vacunaron y que en más del 99% de los casos salvaron la vida, les queda el reto de limpiar sus organismos del nefasto grafeno, mediante el remedio recomendado por un charlatán. Si leyó mi artículo sobre el grafeno, sabe que es un nanomaterial (esto es de la densidad de un átomo de carbono), que ni en sueños se va a asociar, desde la perspectiva de la física atómica, con caldos que contienen moléculas complejas que componen el jugo archicitado.
Un versión previa y más difundida en el orden mundial, emparentada con la referida es la siguiente:
La vacuna conteniendo microchip. No hay tal vacuna con “microchip”. Fue a partir de un artículo que se refiere a un estudio, financiado por la Fundación Gates, sobre una tecnología que podría almacenar los registros de vacunas de alguien en una tinta especial aplicada al mismo tiempo que una inyección. Esto condujo a un artículo ampliamente compartido que se titulaba: “Bill Gates usará microchips implantados para combatir el coronavirus”. Sin embargo, la tecnología no es un microchip, sino más bien, un tatuaje invisible. No se ha lanzado y tampoco permitiría el rastreo de las personas ni que la información se almacene en una base de datos, aclaró Ana Jaklenec una científica que trabaja en el estudio (https://www.bbc.com/mundo/noticias-55215779).
Otra teoría relacionada con las vacunas para la Covid-19, se construyó sobre el temor de que la vacuna podría cambiar el ADN. La BBC entrevistó a tres científicos independientes al respecto. Todos dijeron que la vacuna de coronavirus no alteraría el ADN humano. Algunas de las nuevas vacunas creadas usan fragmentos del material genético del virus o ARN mensajero. “El inyectar ARN a una persona no cambia nada del ADN de una célula humana”, explicó el profesor Jeffrey Almond de la Universidad de Oxford (Artículo de BBC citado). El sistema inmune aprende a reconocer y producir anticuerpos contra la proteína. Y desde el inicio de la pandemia, la vacuna ha sido analizada en decenas de miles de personas en todo el mundo y sometida a un riguroso proceso de seguridad para su aprobación. Al igual que toda nueva vacuna, debe pasar por rigurosos exámenes de seguridad antes de que pueda ser recomendada para su uso general.
Otra, manipulación es la consistente en que las vacunas contienen el tejido pulmonar de un feto abortado. “No se han usado células fetales en el proceso de producción de ninguna vacuna”, afirmó el doctor Michael Head, de la Universidad de Southampton. (Misma fuente). Los desarrolladores de la vacuna en la Universidad de Oxford dicen haber trabajado con células clonadas, pero que estas células “no son células de bebés abortados”. En suma, los creadores de teorías conspirativas son mitólogos, cuya conducta cae más en el campo de la patología psicológica y sus posiciones revelan un severo desdén por el conocimiento científico.
Empero, y al margen de las “teorías” referidas, existen numerosos casos de personas que no se vacunaron contra la Covid-19 y no enfermaron o el virus se alojó temporalmente en la nariz y desapareció (y sin necesidad de tomar jugo de rábano). Estos grupos llamaron la atención y algunos han sido sometidos a estudios. Los investigadores infectaron a 36 personas con el virus que causa la Covid-19 para entender por qué algunas personas parecen evadir el virus. La respuesta estaba en su sistema inmunitario (Human SARS-CoV-2 challenge uncovers local and systemic response dynamics. 19/Junio/ 2024 [https://www.nature.com/articles/s41586-024-07575-x]). En breve: este estudio ha permitido comprender mejor la forma en que se comunican las células inmunitarias y podría ayudar a desarrollar terapias dirigidas a células T no sólo contra la Covid-19, sino también contra otras enfermedades. Ahora conocemos mucho mejor toda la gama de respuestas inmunitarias, lo que podría sentar las bases para desarrollar posibles tratamientos y vacunas que imiten estas respuestas protectoras naturales”..
En conclusión, para los deslumbrados por quienes propalan teorías conspirativas sobre el desempeño de las instituciones y empresas que promueven, investigan y desarrollan vacunas para todas las amenazas a nuestra salud, cabe recomendarles que más vale vacunarse con los biológicos autorizados contra el Covid-19 y salvar la vida, ya que para toda substancia extraña siempre hay un remedio maravilloso como el jugo de rábano. Esta es una fórmula ganadora. Te libras del virus y después limpias las substancias que te hayan inoculado perversamente con la vacuna.

 

 

Artículos Relacionados

Back to top button