Juicio Político

Si fuera alcalde, en qué gastaría el dinero de su ciudad

José Luis Contreras

Alguna vez ha pensado en qué gastaría el presupuesto de su ciudad, si fuera presidente municipal. A qué necesidad le destinaría más dinero. Haga el ejercicio, usted qué conoce perfectamente las necesidades de su ciudad y respóndase. Seguro estoy que principalmente en pavimentación, bacheo y recarpeteo, seguido de inversión en la seguridad pública y escuelas, así como parques y luminarias.
Después vendría la pregunta de cuánto y cómo, esa sería la parte difícil pues generalmente los presupuestos no alcanzan, como es el caso de Ciudad Juárez que para este año se destinaron 9,200 millones de pesos y para la ciudad de Chihuahua 5,700 millones. Y para eso tendría que hacer un análisis de lo que le sobra de dinero, después de pagar el gasto corriente (gastos administrativos en personal, así como sueldos y jubilaciones), además de otras obligaciones fijas como pagos a proveedores y obligaciones.
Sin embargo estoy seguro que invariablemente destinaría, principalmente, el gasto a esos tres rubros de los que hablamos y que son las necesidades más sentidas y visibles, sobre todo en Ciudad Juárez. Entonces por qué los gobernantes no lo hacen.
A pesar de esto (y es por eso que los gobernantes no gastan en las necesidades más sentidas, y menos con honestidad), después del gasto corriente, obligaciones y pagos de sueldos, tendría la libertad de gastarse el dinero de todas y todos los habitantes de su ciudad en lo que mejor le parezca, por increíble que así sea.
Por esta razón que los que viven de la política anhelan este cargo, no sólo por el presupuesto que manejan, también por el poder que adquieren al tener la libertad de gastar miles de millones como mejor le parezca y con quien les plazca, pues no respetan o le dan la vuelta a la ley de adquisiciones y demás normatividad sobre contratación de obra pública y fiscalización de los recursos.
Esta discrecionalidad con que se gastan el dinero los alcaldes hacen que, aquellos candidatos que tienen más posibilidades de ganar, sean apoyados con dinero por proveedores y empresarios, para una vez en el puesto cobrar dichos apoyos que ellos ven como inversión, facturando a cargo del erario, y no precisamente con recursos y servicios que más necesita la comunidad, ni las de mejor calidad, pues además, el presidente municipal cobrará el diezmo o moche, que generalmente excede del diez por ciento del pago.
Es por eso que debemos transitar hacia un régimen del gasto público donde se obligue al gobernante en turno, no sólo de municipios, sino también de gobiernos estatales y hasta el federal, a destinar un porcentaje fijo y mínimo del presupuesto, en pavimentación, seguridad pública y escuelas o educación, además de obra pública planificada, con una legislación donde se establezcan lineamientos y vigilancia efectiva del dinero, para evitar el desvío o mal uso de los recursos públicos, así como enriquecimiento ilícito del alcalde y sus amigos y familiares.
Sólo de esa manera las ciudades tendrán obra pública, pavimentación, mejoramiento de escuelas, buena seguridad pública e inversión en las demás necesidades de la ciudad.
Hace falta entonces una legislación efectiva para el uso efectivo de los recursos públicos, para que gobernantes y políticos dejen de ver el presupuesto como un motín o dinero de ellos, que gastan a capricho, enriqueciéndose ilícitamente, convirtiéndose en los nuevos ricos con propiedades millonarias. Esperemos pronto avancemos hacia esa legislación, por el mejoramiento de nuestras ciudades y desarrollo de nuestras comunidades.

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