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Cosmovisión rarámuri que promete un jardín de descanso

En la cosmovisión rarámuri sobre la muerte, de la región de Guachochi, los tarahumaras tienen una ideología distinta a la que se percibe en zonas urbanas como ciudades, sobre todo, en aquellas donde predomina la religión cristiana, en donde se considera el infierno, el purgatorio o el cielo; en el caso de los rarámuri no existe este futuro, pues su idea es festejar al fallecido con tres fiestas después de su deceso, luego, una carrera entre los vivos que sirve como ofrenda a Onoruame, a fin de que el alma rarámuri pueda entrar en el jardín de paz donde se cree que están todos los ancestros.

En el marco de la Semana Santa, María Luisa Bustillos Gardea, directora de Asuntos Indígenas en el Municipio de Guachochi, y Gobernadora del poblado de Ciénega de Norogachi, platicó a esta Casa de Redacción una de las creencias que existen en la Sierra Tarahumara, habitada mayormente por rarámuri, quienes se han adaptado a vivir en las inmersiones de la región, entre bosques, montañas y barrancas. Además, de estar preparados para climas extremos, desde frío hasta calor.

Los rarámuri son uno de los diferentes pueblos originarios que hay en la República Mexicana, y cada uno tiene una cosmovisión diferente a las que existen en zonas pobladas como ciudades o municipios grandes. En la Sierra Tarahumara, en especial Guachochi, los habitantes creen en la deidad Onoruame (Papá mayor), a quien le rezan y entregan ofrendas a cambio de ayuda o apoyo, por ejemplo, en medio de la sequía, se han organizado danzas para pedirle por la lluvia.

Miembros de la comunidad caminaron con los ataúdes durante casi una hora y los enterraron según sus costumbres ancestrales
Entre otras creencias, este grupo de personas tiene una visión diferente a la muerte, pues tradicionalmente bajo la ideología cristiana, se cree que después de fallecer, el alma de las personas puede llegar al infierno, al cielo o al purgatorio, todo depende de las acciones; no obstante, en la cultura rarámuri se considera que todo aquel que fue bueno y así lo demostraron sus actitudes, va a un jardín celestial en donde los esperan sus ancestros.

Las fiestas rarámuri después de morir
Bustillos Gardea expuso que esta visión está compuesta por varias fases, pues refiere que las personas rarámuri tienen tres fiestas después de morir, o cuatro en caso de ser mujeres. La primera se realiza en la velación del cuerpo, en donde se reúne la familia y amigos del difunto y en conjunto, rezan y hacen un ritual para pedir por su alma.

Las dos fiestas restantes se realizan en el transcurso de un período establecido, es decir, puede ser en un mes o un año después del fallecimiento; son eventos que se realizan para seguir pidiendo que el alma del rarámuri llegue al jardín y para ello se ofrecen ofrendas a Onoruame.

Desde la madrugada del viernes y el transcurso del día, varios grupos rarámuri llegaron al poblado para realizar procesiones, rezos y danzas al exterior del templo
La última fase de este “viaje”, es una carrera de los vivos; en los hombres se les llama “carrera de las bolas”, en donde corren atados de una figura redonda hecha de madera y con esto simbolizan el traspaso de la vida física y humana, a una llena de felicidad y libre, llegando el alma del fallecido a un “jardín” en donde lo esperan los familiares acaecidos.

“Yo he soñado con el Jardín: es largo, extenso, y está lleno de plantas, flores y árboles muy bonitos. Hasta recuerdo que es un ambiente de amor y una paz infinita donde ya no sientes dolor. Recuerdo también que veía a mi familia que ya falleció, es muy bonito”, dijo María Luisa Bustillos. “Nosotros creemos en esto, en Onoruame, no creemos que haya un cielo, un infierno o el purgatorio”.

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