Juicio Político

El último bastión

Hay un cuestionamiento colectivo en los chihuahuenses respecto al futuro político del estado en las próximas elecciones, y aunque la visión de los actores políticos está ya adelantada, también parece ser una idea de las y los ciudadanos ante los nulos resultados de las actuales autoridades, no se hable de todas las cosas que en las calles y colonias se dice de los actuales gobernantes.

Nosotros recorriendo colonias en busca de la organización de los chihuahuenses para impulsar la Cuarta Transformación en nuestra ciudad, nos enteramos de este anhelo para que Chihuahua se integre de lleno a la nueva realidad en México, ante el discurso regionalista y hasta discriminatorio que algunas de nuestras autoridades usan como instrumento político, casi en una línea de entreguismo y servilismo a los vecinos del norte, parece odian a los mexicanos, aunque los chihuahuenses también somos mexicanos.
Y si le sumamos las circunstancias internacionales y geopolíticas que actualmente estamos viviendo, y el próximo arribo a la Casa Blanca del republicano Donald Trump, y toda la verborrea que se carga, en México necesitamos más que nada de la unidad y solidaridad entre los mexicanos, porque se viene años difíciles en caso de que Estados Unidos tome una postura proteccionista y hasta intervencionista.

Debemos detener en seco esa narrativa del panismo respecto a que “en Chihuahua somos diferentes”, o que “defienden a Chihuahua”, ¿defiende de qué?, si los que dañan a los chihuahuenses son ellos mismos, y es que ellos se creen “dueños” de Chihuahua, dueños de los chihuahuenses, tan solo deben recordar que en las pasadas elecciones Claudia Sheinbaum arrasó a nivel estatal, y aunque sostuvieron la mayoría de las alcaldías y el congreso estatal, en votos, Morena ganó aplastantemente, ¿entonces de qué hablan?
Chihuahua, el estado grande, ha sido históricamente un semillero de lucha y revolución, no por nada aquí se refugió Benito Juárez cuando los franceses nos invadieron, y no olvidar tampoco como los conservadores de aquel tiempo, traicionaron a México y apoyaban una monarquía francesa, entreguista y vendepatrias, cosas que heredaron los nuevos conservadores.
Y la revolución mexicana no se podría haber escrito ni realizado sin la participación de miles de chihuahuenses que se sumaron a la lucha por una nación independiente y libre, por tierras, por derechos, y que los conservadores de aquel momento buscaban a toda costa reconstruir el porfiriato, que era algo muy parecido al neoliberalismo que fue derrotado en las urnas por la vía democrática gracias a la voluntad de millones de mexicanos; Chihuahua fue un estandarte de lucha, siempre sin separatismos ni discriminación, la hermandad con otras luchas revolucionarias como los hermanos zapatistas en el sur generó un sentimiento de unidad nacional y del proletariado, aunque la historia lo cuente de otra forma, esa fue una realidad que algunas tratan de dejar en el olvido.
Y durante la era que el priismo dejó de ser revolucionario para entregarse a las manos del capital, impulsado desde los Estados Unidos, la aplastante represión y censura durante la “guerra sucia”, nuevamente Chihuahua fue semillero de luchadores sociales y resistencia, la guerrilla y la consciencia estudiantil forjó en Chihuahua un bastión de lucha social, la batalla contra los terratenientes, Madera 65, y luego el periódico clandestinos Madera 65, el triple asalto bancario, la residencia se focalizó en zonas urbanas y rurales de nuestro estado, algo que se pretende enterrar en el olvido de la historia, y que lamentablemente fue difuminado por la represión, la persecución y la muerte.

Los años setenta en Chihuahua dejaron un vacío de lucha social en los ochenta, que fue aprovechado por un grupo en específico que sin representar un verdadero cambio social, encontró el campo abonado por el crecimiento político, ante un PRI hegemónico, el panismo socialdemócrata comenzó a crecer y tener un respaldo ciudadano, algo muy alejado de los principios revolucionarios, pero que dio un respiro a lo que representaba el oficialismo de aquellos tiempos.

 

Hugo González Muñiz

 

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