México entre la violencia y la incertidumbre: el reto de gobernar en tiempos de muerte

El arranque del sexenio de Claudia Sheinbaum ha quedado marcado por un entorno de violencia desbordada y la sombra del terrorismo criminal. Desde el centro de Villahermosa, Tabasco, hasta las tierras de Sinaloa y Guerrero, los números son demoledores: los homicidios violentos no solo persisten, sino que adoptan características cada vez más aterradoras.
En este panorama de inseguridad, los ciudadanos buscan respuestas y acciones contundentes. Pero, ¿está el gobierno preparado para enfrentar esta crisis que sigue cobrando vidas a un ritmo alarmante?
Las cifras de la muerte: un diagnóstico aterrador
En 2023, según el Inegi, más de 32 mil mexicanos fallecieron por enfermedades crónicas, pero la violencia homicida y los accidentes siguen siendo un componente devastador de las estadísticas:
- 50% de las víctimas de homicidios tenían entre 25 y 44 años.
- Es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años.
En regiones como Villahermosa, lo que solían ser espacios de convivencia, como bares y jardines, se han convertido en escenarios de tragedia.
Terrorismo criminal: una nueva cara de la violencia
La narrativa de la violencia en México ha evolucionado. Lo que antes se limitaba a enfrentamientos entre cárteles, ahora incluye:
- Coches-bomba en Guanajuato.
- Desmembramientos y ejecuciones en Guerrero.
- Enfrentamientos armados entre criminales y fuerzas estatales en Sinaloa.
El caso reciente en Técpan de Galeana, Guerrero, donde se registraron más de 30 muertos en menos de un mes, pone en evidencia un estado en crisis.
Sheinbaum frente a la tormenta: desafíos y decisiones
En sus primeros días como presidenta, Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de establecer una política de seguridad que permita contener la violencia sin caer en los errores del pasado. Hasta ahora, el panorama presenta dos caminos:
Por las buenas: cooperación y derechos humanos
- Fuerza legítima del Estado: Uso de las fuerzas armadas bajo estrictos estándares legales.
- Cooperación internacional transparente: Trabajar con aliados, como Estados Unidos, en áreas como el tráfico de fentanilo, sin comprometer soberanía.
Por las malas: militarización sin freno
- Sin jueces independientes que regulen, las puertas están abiertas para una política de «mano dura».
- El riesgo: el abuso de poder, represalias indiscriminadas y una espiral de violencia aún más profunda.
La amenaza del fentanilo: un enemigo silencioso
El fentanilo no solo está devastando a comunidades en Estados Unidos, sino que también comienza a afectar a jóvenes mexicanos. Enfrentar esta crisis exige acciones en dos frentes:
- Combate al tráfico: Contener los precursores químicos y la producción en territorio nacional.
- Prevención en casa: Campañas educativas y recursos para evitar que los jóvenes caigan en las garras de esta droga mortal.
¿Qué sigue para México?
La violencia no se detendrá con promesas ni con cartas de buenas intenciones. México necesita:
- Estado fuerte y eficiente: Retomar la narrativa de la seguridad como prioridad, con políticas basadas en evidencia.
- Unidad nacional: Dejar atrás la polarización y construir consensos en temas críticos como la seguridad y la justicia.
- Acción internacional estratégica: Exigir reciprocidad a Estados Unidos, especialmente en el combate a los cárteles y el tráfico de armas.
Un sexenio bajo la sombra de la violencia
El inicio del sexenio de Claudia Sheinbaum enfrenta una prueba de fuego. Con cifras de violencia en aumento, un entorno internacional complicado y un tejido social fracturado, el país está al límite.
México tiene ante sí la oportunidad de redefinir su estrategia de seguridad y evitar repetir los errores del pasado. Sin embargo, lograrlo requerirá liderazgo, unidad y decisiones difíciles.
El desafío es claro: o el gobierno toma el control de la narrativa, o la violencia seguirá escribiendo la historia.