Juicio Político

Ni una más

Benito Abraham Orozco Andrade

De acuerdo con la ONU, en su página de internet dedicada al “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” que se conmemora anualmente en fecha 25 de noviembre, en 2023 murieron alrededor de 51,100 mujeres y niñas de todo el mundo a manos de sus parejas u otros miembros de sus familias, siendo así que fue asesinada una mujer cada 10 minutos. Asimismo, menciona que a nivel global se calcula que casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida.

También refiere el organismo internacional que “la violencia contra mujeres y niñas sigue siendo silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los agresores, la estigmatización y la vergüenza de las víctimas”; señalando además que dicha violencia puede ser física, sexual y psicológica, y que incluye: violencia por parte de una pareja (maltrato físico y psicológico, violación conyugal, femicidio); violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero y cibernético); trata de personas (esclavitud, explotación sexual); mutilación genital, y; matrimonio infantil.
Por otra parte, considera que “la solución radica en acabar con la impunidad, adoptar y financiar planes de acción e invertir en soluciones que proponen los movimientos por los derechos de las mujeres”, algo en lo que poco o nada se ha hecho, ya sea por falta de voluntad y/o de recursos.

Lo que sí ha sido una realidad, es la amplia y enérgica exigencia de parte de las mujeres organizadas para acabar con cualquier forma de violencia hacia ellas, en la búsqueda de convivir en un plano de igualdad sustantiva con el hombre. No obstante, los datos atroces antes citados, dan cuenta que los resultados no son acordes con la magnitud de sus protestas, aún y cuando siguen escalando posiciones políticas y de otra naturaleza, de una influencia importante en diferentes ámbitos.
Han sido múltiples las propuestas y acciones llevadas a cabo por ellas, apoyadas en cierta medida por parte de los gobiernos de diferentes países y por organismos internacionales, pero han carecido de tocar el fondo del problema, que implica en demasía al varón como protagonista y promotor del machismo ancestral enquistado en la cultura social. Si el hombre no cambia, su lucha será inacabable.
En no pocas ocasiones, he propuesto un caminar juntos para lograr concretar sus legítimas aspiraciones, en donde al varón se le incluya decididamente en una educación y culturización que lo sensibilice frente a un ser humano con igual valor que él, que es la mujer. No pueden ir únicamente reprochando y hasta pretendiendo sobajar al hombre para lograr cambios rápidos, sólidos y tangibles cuando, por el contrario, puede ser un aliado clave.
Por supuesto que opino y propongo desde mi experiencia y visión como varón, que me ha permitido conocer y convivir con la mujer en mi condición de hijo, hermano, esposo, padre, abuelo, compañero de trabajo, etc., teniendo la oportunidad de hacer conciencia de lo que padecen por culpa nuestra, y contra lo que no dejo de luchar, ya sea dentro de mí y en cuanto a los demás.

He sugerido la creación de institutos “para la Equidad de Género”, en lugar de los institutos “de las Mujeres”, con el propósito de que se efectúen programas y acciones que permeen en ambos. Tal vez habrá quien considere que se pueda pervertir o complicar la lucha femenina con esa fusión, pero aquí habrá que ser muy analíticos, reflexivos y sobre todo objetivos, para poder emitir una opinión y decisión sobre el particular, en pro de abonar principalmente a esa tan buscada y justa igualdad sustantiva.
¿Qué tal sería si en un mismo evento acudieran el esposo y la esposa, la mamá y el hijo, el padre y la hija, el hermano y la hermana, el novio y la novia, las vecinas y los vecinos, etc., para hablar de nuevas masculinidades, por ejemplo? ¿Qué efectos tendría el que se reclutaran varones para participar como ponentes y/o guías en pláticas, cursos o talleres sobre temas relacionados con los derechos de las mujeres? Habríamos muchos dispuestos a eso y más, previa preparación, en su caso.
Asimismo, si se llevaran a cabo convenios y/o reformas legales para que en empresas, clubes sociales, centros deportivos, entre otros, se realicen periódicamente eventos informativos y educativos sobre el tema que nos ocupa (incluso extendiéndolo a las familias de los respectivos miembros), esa brecha de desigualdad y la vergonzante violencia de género, seguramente tendría una disminución considerable.
Mientras por el mundo sigan transitando e imponiéndose seres con una visión y actitud patriarcal, machista y misógina, sin que haya la intención y medidas para cambiarles su forma de pensar y de ser, cualquier movimiento, acción y normatividad para redimir y dignificar a la mujer, difícilmente podrá tener las consecuencias deseadas.

Por lo pronto, al igual que muchos varones más: mi aceptación de responsabilidad a que haya lugar (mea culpa), mi solidaridad, mi apoyo y mi esfuerzo en lo que pueda servir, para que NI UNA MÁS sufra de ningún tipo de violencia.

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