Hasta siempre presidente

Hugo González Muñiz

“Les asiste la razón”, es una frase que quedará en mi hasta los últimos días de mi vida, “les asiste la razón”, me dijo Eduardo González, mi padre, una tarde del 2013 en la Plaza de Armas de la ciudad de Chihuahua, estábamos quienes llevábamos ya algunos años en la lucha por el movimiento de regeneración nacional, estábamos en la lucha por la soberanía energética, Enrique Peña Nieto había echado a andar el último desmantelamiento de Petróleos Mexicanos, PEMEX y nosotros recolectábamos firmas para intentar evitar la privatización.

Siempre recordaré a mi padre como una persona inteligente y honesta, tenía su carácter y sus propios problemas como todos tenemos, era un hombre decidido y que en últimos días, el destino y la vida me han permitido entenderlo, ahora que ya no está con nosotros, mi padre era un hombre siempre al tanto de la política, creció en el panismo, creció en Chihuahua y en lucha contra el priismo, era la forma de hacer frente y oposición a la hegemonía de aquellos tiempos.
Desde muy joven me interesé por la política y por el cómo hacer algo por el bien común, por las personas que me rodean, tuve la oportunidad de participar en el movimiento scout por muchos años, en donde forjé convicciones e ideales de comunidad, también a sostener nuestra palabra y siempre defender las cosas que amamos, luego durante la carrera de derecho me vi involucrado en la lucha social y la izquierda política de aquel momento, encontré en el compañero López Obrador una conexión entre mis convicciones e ideales el camino para que México resurgiera.

A mi padre no le agradó desde el primer momento que mi lucha política fuera con la izquierda, como panista chihuahuense, la idea de la izquierda o la lucha social no era necesariamente el mejor camino para avanzar contra aquel viejo sistema priista, nuestra lucha en aquel momento era aún casi inexistente en Chihuahua, a diferencia del sur mexicano donde el movimiento ya había madurado y comenzaba a florecer.
Sin embargo, mi padre siempre fue respetuoso de mis convicciones y principios, él me regaló una colección completa de los libros de Eduardo Humberto del Río Garza, mejor conocido como “Ruis”, un caricaturista icono de la izquierda mexicana muy conocido y querido, para quienes no lo conozcan, era simpatizante de la izquierda y comunista; a esos libros les tengo un valor especial, por Ríus y por mi padre, así era mi padre.
No me salvé en varias ocasiones de ser blanco de críticas y comentarios por haberme sumado a una lucha social desde la izquierda institucional y solidarizarme con las causas que acción nacional veían como una “errónea” idea de hacer política, Andrés Manuel se convirtió en el enemigo público de la derecha mexicana, nuestros objetivos se confrontaban directamente en un momento que el neoliberalismo despedazaba a nuestro país, sin embargo mi padre independientemente de las doctrinas del panismo, era un nacionalista.
Luego que se consumara el segundo fraude electoral que nos hicieron a nuestro movimiento en 2012, los partidos políticos acordaron cerrar filas para dar el tiro de gracia al Estado mexicano con el Pacto por México y las reformas estructurales donde PRI, PAN y PRD hicieron acuerdos para entregar México a intereses privados y extranjeros, desde este mismo hecho político surge como oposición Morena y AMLO inicia una nueva etapa de la lucha social de izquierda.

Han concluido finalmente los días de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, y para mí y millones de mexicanos, nos deja sentimientos encontrados, porque por una parte nos quedamos satisfechos y contentos con todos los logros y objetivos cumplidos, y sobre todo, con que Andrés Manuel nunca dejó de ser la gran persona y el gran ser humano que nos enseñó y nos impulsó a luchar por un México mejor. Podría escribir muchas cosas de agradecimiento a nuestro mejor presidente, sin embargo además de gracias, me gustaría atribuir estas palabras que mi padre me dijo en aquel momento, “les asiste la razón”, Andrés Manuel, Gracias, siempre te asistió la razón.