Juicio Político

México: magia y encuentro

“La Suprema Corte valida la reforma judicial, México elegirá a sus jueces por voto popular; tras meses de lucha por parte de decenas de miles de trabajadores del Poder Judicial en todo el país, barras y colegios de abogados, académicos de las casas de estudio más importantes, estudiantes universitarios y familias enteras, creyentes del estado de derecho, con el voto del Ministro Alberto Pérez Dayán, quien había afirmado por meses que lucharía por un México respetuoso de la LEY, el voto de Judas, cerró definitivamente toda posibilidad de cambiar la reforma judicial, un expediente “X” cambio repentinamente su parecer, nada nuevo en esta serie de Netflix”.

México Kafkiano, la pesadilla del absurdo, como diría el autor checo de origen judío, aquel que vive en carne propia la alienación, la angustia existencial, la burocracia opresiva, un mundo desagradable y grotesco, donde nada tiene sentido y la vida se arruina sin razón aparente, todo por alimentar el poder supremo. Terrores nocturnos como la pobreza y marginación aplastante, el desempleo diario, los servicios de salud decadentes, la ignorancia, donde la economía doméstica no alcanza ni para cubrir lo básico, un país ensangrentado, de cárteles, de ejecuciones, extorsiones y desaparecidos sin precedentes, de adicciones y transtornos mentales al alza, de traiciones y corruptelas; el México sin ley, que desmantela las instituciones al antojo del régimen.

El México feminicida, el que mata a 11 mujeres al día, sin inversion pública, de infraestructura decadente, que mata de hambre a sus campesinos por la falta de apoyos, de cobros excesivos de la CFE; un país ecocida; que permite el crimen de activistas, de periodistas; un país homofóbico, con problemas gravísimos en materia migratoria, de imagen diplomática decadente. Un México, donde la tribuna legislativa es una apología con todo respeto a la casa de los famosos, diriamente se escupen mentiras y traiciones, donde la compañía prinicipal y de reparto oficial, justifican la arbitrariedad bajo un lenguaje vulgar que entretiene al público conocedor.
Aquel que ocupa el acoso, la amenaza para cumplir sus caprichos, ejemplos varios, la Suprema Corte valida la reforma judicial, México elegirá a sus jueces por voto popular; tras meses de lucha por parte de decenas de miles de trabajadores del Poder Judicial en todo el país, barras y colegios de abogados, académicos de las casas de estudio más importantes, estudiantes universitarios y familias enteras, creyentes del estado de derecho, con el voto del Ministro Alberto Pérez Dayán, quien había afirmado por meses que lucharía por un México respetuoso de la LEY, el voto de Judas, cerró definitivamente toda posibilidad de cambiar la reforma judicial, un expediente “X” cambio repentinamente su parecer, nada nuevo en esta serie de Netflix.
Un proyecto de sentencia proponía limitar o aminorar la cantidad de cargos judiciales a elegir en las urnas. Esta decisión pone fin a meses de confrontación entre los jueces con Morena, hilos que controla el Ejecutivo y domina arrolladoramente en el Congreso. La SCJ requería de al menos ocho votos para aprobar el proyecto que limitaba la enmienda y ponía a salvo el futuro de miles de juzgadores y trabajadores de dicha institución. En ningún país se elige por votación a todos los jueces, magistrados y ministros, donde los nombres salen de una tómbola. Diría Kafka: “La desgracia de Don Quijote no fue su fantasía, sino Sancho Panza”.

México estará en manos de una justicia partidista, quedaron atrás los valores supremos de legalidad y autonomía, un sistema de procuración de justicia con mayor capacidad para esclarecer delitos y perseguir a quienes los cometen, basándose en pruebas sólidas, bajo el amparo de la ley. Regresamos al pasado oscuro, como dijo el Caudillo del Sur, Emiliano Zapato: “Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas, o por cohecho o soborno están traicionando y derramando la sangre de sus hermanos”. Sumemos Voces.

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