Juicio Político

Ayudemos a Claudia

Rafael Soto Baylón

Decirle a la ¿presidenta? que debe liberarse de su mentor, consejero, maestro, líder es fácil, lo difícil es hacerlo. Si bien no deseamos un enfrentamiento entre los expresidentes y el titular del Ejecutivo, tampoco es recomendable la sumisión absoluta: habla como él, sigue sus indicaciones, lo menciona a cada momento. Claro también debemos reconocer que no tiene la imagen, ni el carisma, ni la simpatía, ni el don de palabra del líder sempiterno de la 4T.

Habrá quienes consideren pertinente que AMLO siga gobernando a través de ella. Quienes no estamos de acuerdo queremos que la dama cometa aciertos y errores. Que tenga el mando que millones de mexicanos le otorgaron en las urnas. Le deseamos una exitosa administración porque le irá bien a México. Por eso le aconsejamos “Sé tú, deja de lado al mesías”. Supongamos que nos da la razón y nos responderá “sí, estoy de acuerdo, pero ¿cómo?”
Aquí es donde la puerca curvó la extremidad de la columna vertebral. Primero, todos sabíamos, excepto Marcelo Ebrard, quién era la elegida por el dedo mágico. Tiene que serle agradecida, pero con límites porque en caso contrario escuchará que le diga “¿Quién crees que te eligió presidenta? ¿las encuestas? ¿el partido? ¿el pueblo? No me hagas reír que me falta un diente”. “Claro que lo reconozco y agradezco, pero usted ya cumplió su histórica labor con la nación. Ahora, S’il vous plaît (ah, no, él es orgullosamente monolingüe) voy gobernar yo.” No, pues no.

Segundo. A ojos de buen cubero, al menos la mitad del gabinete es fiel lopezobradorista. ¿Con quiénes acercarse para hacer un grupo de rebeldía? ¿en quién confiar? ¿qué palabra creer? Si un comunicativo le dice al ahora expresidente que pretenden traicionarlo, malo, muy malo. Se juega el puesto.
Tercero. ¿Puede aliarse con el Congreso de la Unión? Ni pensar que Adán Augusto López cometiera el pecado capital de contravenir a su paisano. Menos el timorato de Ricardo Monreal. No incluyan en la lista al rebelde de Javier Corral, ya sabemos quién lo juzgó, declaró inocente y protegió.
Cuarto. ¿Con Morena? Andaría más perdida que un cuchillo en la cocina. Le pertenece a ya sabes quién por eso designó “dirigentes” a una chamaca obediente, dócil, inexperta y muy inteligente que no cometerá la estupidez de volteársele a su padre putativo y Andy no cometerá parricidio político a quien le debe el ser, la buena vida y posiblemente la presidencia.

Quinta. Al Poder Judicial. Si el Congreso la destituyera, podría ampararse. Pero para entonces la división de poderes ya no existirá. Y se apuntará otro triunfo el mejor presidente que México haya tenido en los tiempos pasados, presentes, futuros, copretéritos, pospretéritos y pretéritos pluscuamperfectos. Ni le aceptarán sus oficios de inconformidad.

Sexto. Al ejército… pero ¿quién es el comandante en jefe de facto de las fuerzas armadas?
Séptimo. Aliarse con la oposición ¿cuál? Si ella misma compró el último clavo del ataúd. Ni modo de acercarse a Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto. La única opción sería Salinas de Gortari. A los conservadores, fifís, intelectuales, académicos, periodistas, empresarios… no.
Octavo. ¿Gobernadores morenistas? Tampoco ¿quién encuestó, computó y dictaminó el resultado? Sí, ese, el que no quiere irse a su rancho.
Noveno. Exiliarlo. Seguir el ejemplo de Cárdenas cuando, acompañado de militares, sacó a Calles de su cama, lo subió a un avión y lo envió a California. ¿Quiénes la seguirían en esa suicida misión.

Décima. Una acción definitiva. La primera sospechosa sería ella. Y al minuto de conocerse la noticia, los moderados, demócratas, reaccionarios, alas violentas de Morena lucharán por el poder y sobrevendrá el caos social. AMLO los mantiene tranquilos.
Sacudirse a López Obrador es lo mejor para Claudia, Morena, la división de poderes, oposición, economía, democracia y gobernabilidad. Pero como preguntó el viejo y sabio ratón ¿Quién le pondrá el cascabel al gato? Necesitamos la llegada de un David.
Mi álter ego está molesto con el futbol liga MX. El torneo está peor que nunca. Lo mejor sería que los varones jugaran contra las chamacas de sus mismos clubes, para que les pongan una goliza. Dadles ventaja, que las muchachas incluyan en su equipo al Chicharito.

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