El PAN olvidó sus principios de doctrina política

Desde su fundación en 1939 el Partido Acción Nacional (PAN), no había sufrido una situación tan escabrosa como la que ha estado experimentando interna y externamente, desde el proceso electoral 2017-2018 hasta lo que va de este año 2024.
Es tan crucial la actual realidad del PAN, que según cifras del INE, concluidas las elecciones del 2 de junio del 2024, no reúne el número de militantes requerido para conservar su registro, ya que debe tener 3000 militantes en al menos 20 entidades federativas o bien, 300 militantes en por lo menos 200 distritos electorales uninominales; y, el equivalente al 0.26% del Padrón Electoral Federal que haya sido utilizado en la elección federal inmediata anterior.
Para empeorar su existencia y presencia, un considerable número de destacados militantes encabezados por el nieto del distinguido miembro del trascendental grupo de los Siete Sabios, don Manuel Gómez Morín a la sazón rector de la UNAM y fundador del PAN, exigió la renuncia de Marco Cortés y demás integrantes del CEN que tienen secuestrado al partido; o se van del mismo los menos de 300 mil miembros militantes que le quedan al PAN.
Si a lo anterior le agregamos que hace ya algunas décadas el otrora partido de auténtica oposición a los regímenes del partido oficial o de Estado, olvidó o hizo a un lado los principios de su doctrina política que “es de México, formulada por mexicanos, y para servir a México”, evidentemente a partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari y subsiguientes, es menester recordarles algunas IDEAS FUERZA MÍSTICA DE ACCIÓN NACIONAL de uno de sus destacados ideólogos Rafael Preciado Hernández, para su necesaria reflexión y para retomar la ‘arquitectura del cambio’.
En tal sentido: “El maestro Preciado se indignaba ante la hipocresía política del sistema legalmente democrático, pero fieramente autoritario en la práctica. Luchó contra la VENALIDAD de los JUECES y contra la IMPUNIDAD que hacía nugatorio el Estado de derecho.
Afirmaba: “Acción Nacional es la sindéresis de la conciencia colectiva del pueblo mexicano”, [que la política sólo tiene como fin] “El bien común que se preocupa por realizar, continua y progresivamente, los fines superiores del Derecho y del Estado”.
[Siendo] “Nuevo Partido, porque venía a luchar para que volvieran a imperar en la vida pública de México, los valores que significan los nombres venerables de patria, nación, autoridad, bien común y persona humana.
“… la filosofía del derecho nos enseña que el bien común es el fin propio del Estado, y por esto mismo de la autoridad y de la política; y que el bien común comprende no sólo aquellos valores colectivos ya realizados y de que disfruta un pueblo, sino también aquellas condiciones sociales que permitan realizar, conservar o acrecentar esos valores colectivos.
“Así, toda recta forma democrática, sin dejar de ser política, está vinculada a contenidos económicos, jurídicos y éticos.
“De la justicia ha dicho Aristóteles que es más bella que el lucero de la tarde; y con razón, ya que postula la rectitud del orden moral que se traduce en la paz de la conciencia, así como la rectitud del orden necesario a la coexistencia, a la convivencia humana, que se traduce en la paz social.
“La autoridad es el poder en cuanto obra dentro de los límites del derecho o de la razón: es el poder a la servicio de la comunidad, o si queréis mejor, el poder de servir a la comunidad.
“No cabe duda: el amor, la caridad, el patriotismo, la justicia, el heroísmo, la santidad, aun cuando no sean útiles, son valores superiores al de la utilidad.
“El bien común temporal –fin propio del estado- exige que éste garantice a cada hombre sus prerrogativas esenciales, su libertad, su iniciativa, su vocación, su trabajo y el producto de su trabajo, su propiedad.
“Para nosotros el deber político es un deber moral…para nosotros la política no está reñida con la moral. Creemos, por el contrario, que para ser buen político se necesita tener muy firmes convicciones morales; porque es la moral la que rige, la que ordena la conducta del hombre hacia el bien… Ya lo decía Aristóteles: la política y la economía, sin ética, son dos hechos bárbaros.
“Por eso el problema número uno de México consiste en moralizar la política y a los políticos.
“… lo cierto es que no hay dos políticas: una que signifique dominación, explotación del poder público en beneficio de un hombre o de un grupo; y otra que constituya el esfuerzo de integración y ejercicio del poder al servicio efectivo del bien común.
“El mensaje político de Acción Nacional proclama y exige que en nuestra vida pública se reconozca y garantice efectivamente la dignidad del ser humano, la dignidad de todos y cada uno de los mexicanos, por modestos que sean; y que el poder político lo ejerzan gobernantes designados mediante elecciones auténticas, y no para explotar y oprimir al pueblo en beneficio de una facción.
“La justicia es el principio ético que nos manda dar y reconocer a cada quien lo suyo… la libertad es para comprometerse, para adquirir compromisos… no se puede permanecer neutral.
“El ideario de los verdaderos partidos políticos es tener una concepción del Estado, del hombre y de la sociedad en que se vive, para luchar por lo que se considera lo más conveniente en beneficio de todos los mexicanos.
“La historia nos muestra cómo la fuerza es impotente para mantener a los miembros de un Estado unidos; siempre se necesita que esa fuerza cuente con una opinión favorable de una mayoría, de esas mayorías preponderantes que son las que determinan el poder; en un Estado no basta la fuerza.
“La afiliación a los partidos políticos debe ser siempre estrictamente individual… el funcionario que tiene la investidura de Primer Magistrado, debe representar a todo el pueblo, y respetar imparcialmente todas las corrientes legítimas de opinión pública.
“Se reconoce al pueblo legal y prácticamente –en mayor o menor medida-, el derecho de elegir o determinar la forma de gobierno.
“… la verdadera unidad nacional… no consiste en la subordinación y ni siquiera en la adhesión del pueblo a la voluntad de los gobernantes, sino en la subordinación de éstos a las legítimas aspiraciones y exigencias del pueblo.
“… y es claro que no cabe hablar de justicia social en México mientras las instituciones públicas fundamentales sigan fincadas en la mentira, el engaño y el fraude”. (Fin de las citas).
Indudablemente, el presente y futuro del PAN depende de que se siga apartando o se apegue a sus lineamientos doctrinarios originales y represente una opción como oposición real a todo lo que vaya en contra de los intereses del pueblo.