Marcada caída del consumo por 1ª vez en cuatro años; seguirá

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía apuntan a que la última vez que hubo una disminución semestral en el consumo fue en la primera mitad de 2020.
De enero a junio de este 2024 el nivel de consumo disminuyó 0.3%. Al mismo tiempo las ventas al menudeo en México, uno de los principales motores de la economía, reportaron una caída en el primer semestre de 2024
Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tec de Monterrey, explicó para El Universal que: “La contracción de las ventas de los comercios al menudeo se debe principalmente a la pérdida del poder adquisitivo los consumidores, producto del repunte de la inflación, así como por el alza en las tasas de interés que cobran los bancos”.
El alza de los precios a nivel general en el país se aceleró durante los últimos cinco meses, hasta llegar a 5.57% anual en julio, su nivel más alto desde junio de 2023. Por su parte, el crecimiento anual del financiamiento al consumo vía tarjetas de crédito se ha desacelerado, al pasar de 16% en octubre del año pasado a 9.2% en junio pasado, una vez descontada la inflación.
Adicionalmente, se percibe que la economía en general ha mostrado señales de una menor creación de empleo en comparación con el primer semestre del año pasado.
Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación de Negocios y Economía (Cien), señaló que la inflación aumentó para el mes de julio y el pago con tarjetas de crédito desaceleró en los últimos meses, lo que afecta al ingreso de las familias.
De las 22 actividades que integran al comercio al menudeo, 12 reportaron una baja en la primera mitad del año respecto al mismo periodo del año anterior.
Entre dichos segmentos destacan los artículos usados, con una caída de -15.6%; artículos para esparcimiento, -14.0%; calzado, 12.0%; perfumería y joyería, -10.3%, así como productos textiles, excepto ropa, con -9.0%.
Finalmente, Iván Huerta, analista económico de grupo financiero Ve por Más, proyecta que en la segunda mitad del año el consumo privado continuará enfrentando retos, lo que supondría que el gasto de los hogares se tornará más defensivo.
Esto mientras la elevada inflación continuará restringiendo el poder adquisitivo de los hogares y, pese a que las tasas de interés podrían bajar todavía, limitarán el acceso al financiamiento.